Para empezar con este pequeño proyecto, nos
adentraremos en primer lugar en el arte griego. Este sale de la fusión entre
tres tradiciones artísticas muy diferentes: el mundo Dorio, las culturas
prehelénicas y el Arte Oriental.
El arte es naturalista, si bien el ideal
griego será siempre un ideal de perfección, de harmonía y de belleza real. Se representa
la realidad pero idealizándola, sometiéndola a las reglas del pensamiento. El artista
griego somete sus obras a normas de proporción, basadas en cálculos matemáticos.
Como ejemplo de ello podemos hablar del Partenón
de Atenas (447- 438 a.C), hecho por los arquitectos Ictinos, Calícrates y
Fidias.
Fidias hizo las esculturas y dio orientaciones
sobre las dimensiones del templo. Este es octástilo (8 columnas en la fachada),
cosa excepcional en los templos griegos que suelen ser más pequeños, también es
períptero (columnas todo alrededor del templo) en concreto 8x17. Fue construido
sobre la base del templo que estaba en construcción y que fue saqueado por los
persas en la 2ª Guerra Médica.
Es un templo de orden dórica aunque tiene 4
columnas jónicas en una cámara interior. Está formado por dos cámaras. En una
de ellas, la más grande, se guardaba la estatua de la Diosa Atenea, rodeada por
unas fiadas de columnas dóricas superpuestas. La cámara posterior era más
pequeña y es donde se sitúan las columnas jónicas. Tiene también dos pórticos,
uno delantero y otro posterior delante de cada cámara, con 6 columnas delante.
Las proporciones del Partenón están calculadas
con mucha exactitud ya que, como dijimos, para los griegos la proporción matemática
y la belleza eran equivalentes. El edificio está construido en mármol del
Pentélico (cantera próxima a Atenas). La cubierta y el tejado también son de mármol.
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