Copia romana en mármol de un original en bronce.
Altura: 2,12 metros.
Representaba para griegos y romanos el prototipo de belleza
en una escultura, y es que Policleto, además de escultor, fue un teórico que
investigó sobre las proporciones de la figura humana y sobre la mejor forma de
representarlas. Este llegó a la conclusión de que el modelo de representación más
perfecto es el llamado “canon de siete cabezas”, es decir, la altura de la
figura debe ser siete veces la altura de la cabeza.
Como podemos comprobar, el Doríforo está en contrapuesto, es
decir, carga el peso sobre una de las piernas y flexiona ligeramente la otra. De
esta forma se consigue un cierto movimiento pero, al mismo tiempo, ese movimiento
no llega a desproporcionar a la figura. Ya se perdió el hieratismo, la
frontalidad y la simetría estricta de la escultura arcaica. Detrás de esta
escultura hay un estudio anatómico muy preciso, como es típico en los griegos
que buscan el naturalismo.
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